martes, 20 de mayo de 2008

RETRO


No se porque me ha venido a la cabeza la idea masoquista de estar recordando viejos tiempos para sentirme ruca, para que me de pena lo que me gustaba y luego ya en una actitud mucho mas sana, para reírme de mi, de mis amigas, de mis primas y de la televisión mexicana.

Cada vez que pensaba que fui niña de los 80´s me daba como que oso la neta! …Porque todo era tan acartonado y feo, sin el glamour de los años cincuentas, la magia de los sesentas o la rebeldía y el amor y paz de los setentas.

Pero ahora forzando a mi memoria y con la ayuda de otros que me han ayudado a recordar creo que tuve una infancia y pre-adolescencia muy chistosa y si alguno de los que leen compartió conmigo esos tiempos no me podrá negar que se sabe la cancioncita de “destapa-tapa y ataca-taca…gelatina dany” -aunque la verdad ninguna mamá en sus cabales nos dejaba comerlas o si quiera echarlas al carrito en el súper- o que adivinará sin que yo diga el nombre del producto, a que correspondía la frase de “para ese apetito feroz”.

Los niños soñaban concursar en Chabelo haciendo el “columpio” y el “perrito” con el yo-yo y el trompo y las niñas bonitas tuvimos sandalias “windys” que se limpiaban con agua o con saliva (según el comercial), bailábamos cada vez que escuchábamos que salía la “chiquitibum” en un comercial de cerveza y cuando nos sentimos ya “grandes” poníamos los pósteres de nuestros artistas favoritos que venían en la Revista Eres…esa del comercial de ¿y tu…quien eres? (como si leerla nos diera identidad).

La barra cómica de Televisa tenia como estelar el programa de los cachunes y ya en la noche cuando nos mandaban a dormir escuchábamos como las mamás se quedaban a ver hasta la madrugada a Verónica Castro en alguno de sus programas (estrés, estrés, estrés todo el día, pero mala noche no…) y al día siguiente en la primaria, las compañeritas “rebeldonas” del salón contaban como se habían desvelado viéndolo y nos daban los detalles.

Como yo desde chiquita me sentía como muy nice, bailaba como Flans y me peleaba con mis primas por ser Ilse, y cuando Magneto surgió fue el primer grupo que me hizo gritarle “cuero mil” al que cantaba (claro que mi papá me veía con cara de “que le pasa a esta huerca loca que tiene 11 años”). Vi religiosamente todas las tardes cuando acababa la tarea la novela de “muchachitas” creyendo de verdad que la rica tenía un carrazo (un shadow azul) y ya internacionalizada no me perdía Beverlli Hills 90210, que terminó hasta que todos los protagonistas fueron novios entre si.

Me gustaba tener todas las cosas que se ponían de moda, así que coleccione estampitas de esas que vienen en sobres de tres y que salían siempre repetidas, calcomanías de “rascahuele” (mi favorita era una de chocolate aunque a mis primos les gustaban las de zorrillo y basura, que claro que existían para fastidiar a las niñas) y me emocionaba cada nueva “barbie” que salía al mercado aunque solo le hubieran cambiado la ropa y con ello adquiriera toda una nueva profesión y estilo de vida.

Nunca fui capaz de participar en alguna promoción de las empresas refresqueras o de papitas para tener cilindros de popote, vasos que cambian de color con el agua fría o juntar pares de corcholatas para ganarme camionetas o viajes a disney porque cuando lograba juntar las quince corcholatas y solo me faltaban los 300 pesos (porque en aquel entonces no le habíamos quitado los tres ceros a los pesos) ya se había acabado la campaña…pero eso si, fui testigo de oídas de todas las leyendas urbanas que giraron alrededor de los tazos, de los chicles satánicos que si chupabas el reverso de la envoltura te drogaban y muchas otras historias por el estilo….que boba!

Que chistoso es ver como lo que en un tiempo fue moda, después pasa a ser historia…y un día cuando alguien lo saca nuevamente a relucir se vuelve un clásico…como las neverías Bing, la cadena de hamburguesas Burguer Boy, las caricaturas de los pitufos, la espada del augurio, el poder de greis kol, el yogurt “chambursy” y las cocinas de los “Muebles Troncoso”.

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