jueves, 22 de mayo de 2008

De percepciones

Estaba viendo las fotos de una amiga por internet, en estos tiempos de tanta información accesible, no tiene nada de novedoso. Pero estuve viendo fotos de cuando no éramos amigas aun y cuando nos conocíamos.


Le decía yo que se me hacía muy diferente, como si fuera otra persona. Me responde que es lo más sincero que le han dicho y nos pusimos a conversar sobre la metamorfosis que sufre la percepción que tenemos con los que nos relacionamos.


En primer lugar, cuando no conocemos a alguien pero se encuentra de alguna u otra manera relacionada con nosotros, tendemos a formar una opinión en base a lo que los demás nos cuentan. Yo en lo personal me he dejado influenciar muchas veces por los comentarios (positivos y negativos) de mis amistades en torno a x o y persona. Estoy totalmente de acuerdo en que está mal hacer juicios previos, pero es inevitable no encasillar a las personas.


A mí me pasa muy seguido, que tengo amigos muy cercanos que son totalmente diferentes de lo que yo creía que eran. Cruce palabras en alguna reunión o evento y esas me bastaron para concebir un puesto de vista cuadrado de quien era.


Amiga, reconozco el error de mi juicio y a través de este blog te pido una disculpa. Sin embargo, creo con fe ciega que la tierra estuvo lista para nuestra amistad justo el día en que se dio, ni uno solo minuto después, ni uno solo antes; justo cuando se sembró se dieron las condiciones y el universo conspiro para que la lluvia, el abono y el cuidado que le hemos puesto, den una buena cosecha.


martes, 20 de mayo de 2008

RETRO


No se porque me ha venido a la cabeza la idea masoquista de estar recordando viejos tiempos para sentirme ruca, para que me de pena lo que me gustaba y luego ya en una actitud mucho mas sana, para reírme de mi, de mis amigas, de mis primas y de la televisión mexicana.

Cada vez que pensaba que fui niña de los 80´s me daba como que oso la neta! …Porque todo era tan acartonado y feo, sin el glamour de los años cincuentas, la magia de los sesentas o la rebeldía y el amor y paz de los setentas.

Pero ahora forzando a mi memoria y con la ayuda de otros que me han ayudado a recordar creo que tuve una infancia y pre-adolescencia muy chistosa y si alguno de los que leen compartió conmigo esos tiempos no me podrá negar que se sabe la cancioncita de “destapa-tapa y ataca-taca…gelatina dany” -aunque la verdad ninguna mamá en sus cabales nos dejaba comerlas o si quiera echarlas al carrito en el súper- o que adivinará sin que yo diga el nombre del producto, a que correspondía la frase de “para ese apetito feroz”.

Los niños soñaban concursar en Chabelo haciendo el “columpio” y el “perrito” con el yo-yo y el trompo y las niñas bonitas tuvimos sandalias “windys” que se limpiaban con agua o con saliva (según el comercial), bailábamos cada vez que escuchábamos que salía la “chiquitibum” en un comercial de cerveza y cuando nos sentimos ya “grandes” poníamos los pósteres de nuestros artistas favoritos que venían en la Revista Eres…esa del comercial de ¿y tu…quien eres? (como si leerla nos diera identidad).

La barra cómica de Televisa tenia como estelar el programa de los cachunes y ya en la noche cuando nos mandaban a dormir escuchábamos como las mamás se quedaban a ver hasta la madrugada a Verónica Castro en alguno de sus programas (estrés, estrés, estrés todo el día, pero mala noche no…) y al día siguiente en la primaria, las compañeritas “rebeldonas” del salón contaban como se habían desvelado viéndolo y nos daban los detalles.

Como yo desde chiquita me sentía como muy nice, bailaba como Flans y me peleaba con mis primas por ser Ilse, y cuando Magneto surgió fue el primer grupo que me hizo gritarle “cuero mil” al que cantaba (claro que mi papá me veía con cara de “que le pasa a esta huerca loca que tiene 11 años”). Vi religiosamente todas las tardes cuando acababa la tarea la novela de “muchachitas” creyendo de verdad que la rica tenía un carrazo (un shadow azul) y ya internacionalizada no me perdía Beverlli Hills 90210, que terminó hasta que todos los protagonistas fueron novios entre si.

Me gustaba tener todas las cosas que se ponían de moda, así que coleccione estampitas de esas que vienen en sobres de tres y que salían siempre repetidas, calcomanías de “rascahuele” (mi favorita era una de chocolate aunque a mis primos les gustaban las de zorrillo y basura, que claro que existían para fastidiar a las niñas) y me emocionaba cada nueva “barbie” que salía al mercado aunque solo le hubieran cambiado la ropa y con ello adquiriera toda una nueva profesión y estilo de vida.

Nunca fui capaz de participar en alguna promoción de las empresas refresqueras o de papitas para tener cilindros de popote, vasos que cambian de color con el agua fría o juntar pares de corcholatas para ganarme camionetas o viajes a disney porque cuando lograba juntar las quince corcholatas y solo me faltaban los 300 pesos (porque en aquel entonces no le habíamos quitado los tres ceros a los pesos) ya se había acabado la campaña…pero eso si, fui testigo de oídas de todas las leyendas urbanas que giraron alrededor de los tazos, de los chicles satánicos que si chupabas el reverso de la envoltura te drogaban y muchas otras historias por el estilo….que boba!

Que chistoso es ver como lo que en un tiempo fue moda, después pasa a ser historia…y un día cuando alguien lo saca nuevamente a relucir se vuelve un clásico…como las neverías Bing, la cadena de hamburguesas Burguer Boy, las caricaturas de los pitufos, la espada del augurio, el poder de greis kol, el yogurt “chambursy” y las cocinas de los “Muebles Troncoso”.

viernes, 9 de mayo de 2008

Cerrando Ciclos

I drove for miles and miles and wound up at your door.

Camine, me senté, grite, busque y no lo encontré. Por lo menos no a donde lo creí encontrar. Dios cumplió como siempre su palabra y no me dio imágenes de dolor.

Debo confesar que no me quede tranquila, pero yo también fui víctima del impulso de mi propio corazón. No cedí, pero estuve a un destello de sensatez de pararme afuera de la casa de un fantasma para exigirle que saliera a cerrar este círculo.

Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver…

Y menos si vas rodeada de amigas, después de irte de parranda y escuchar a Ana Gabriel cantar canciones de desamor… No lo hice, no me baje, no le grite, no lo busque.

Pero hoy si me gano la necesidad de saber algo, de poder seguir adelante sin esperar ya nada. Así que usando todas las herramientas tecnológicas para la socialización disponibles, busque por horas y por fin lo encontré.

Y ahí estaba, podía sentir como me veía Dios, como padre angustiado diciéndome - para que lo haces? si ya te había dado respuesta-. Pero este libre albedrio que tengo, no me quería dejar en paz. Y pues, lo encontré feliz, sin mí, acompañado en la imagen a la que me aferre a encontrar.

Curiosamente, todo lo que creí sentir, no apareció. Sentí silencio, sentí un suspiro, pero no sentí tristeza, ni dolor, creo que sentí que se cerraba por fin, su capítulo. Sentí melancolía por aquello que quería. Yo ya me había hecho mil promesas mentales de dejar las cosas morir, como siempre que quiero terminar con ciclos; borre números, cartas, fotos, pero seguía imaginando un reencuentro, una explicación, una separación, algo que me hiciera entender en que se fueron esos días.

La verdad intente saber más, comencé a maquiavélicar la forma de hacerme de más información, pero al cabo de un rato me llego tranquilidad y la sensatez, así que ya no busque, porque? Pues porque ya no lo necesito.Me siento raramente tranquila. Como si verlo hubiera sido algo bueno, por fin puedo quedarme con los más bellos recuerdos, una linda historia para un blog y ya. Sin más, supe que termino porque cada quien siguió su camino.

Y vaya que mi camino todavía no se ve muy claro, pero al menos ya no traigo cargando tanto equipaje.

jueves, 8 de mayo de 2008

ES UN CICLO



Cuando yo era niña mi mamá me contaba que ella iba y veía la tele con un vecino, porque casi nadie tenía una, pues en aquéllos tiempos, tal aparato, era toda una novedad.

No había programación todo el día, únicamente algunas cosas previamente anunciadas y el resto del tiempo la señal se perdía.

Para mi, mi madre había vivido como en una dimensión desconocida, pues yo no concebía la infancia de alguien sin las caricaturas de la tarde o las fanfarrias del Tío Gamboín y me parecía que su relato estaba un poco exagerado, tal vez para darme alguna lección de esas tácitas que las mamás quieren enseñarnos en su infinita sabiduría.

Ahora pienso en como les voy a explicar a mis hijos (cuando los tenga) sin que me perciban prehistórica, cuando hagan la tarea en alguna versión seis veces mas adelantada de la wikipedia que conocemos hoy en día y que difícilmente puedan creer que yo tenía que ir a la papelería y comprar estampitas y mapas (con nombres y sin nombres, con división política y con los ríos y las sierras madres.)


Creo que hasta las tareas que nos encargaban, hoy estarían pasadas de moda:

-¿Tiene estampas de “la vaca”?
Y la señora que atendía te entregaba una lámina con dibujos seccionados en la hoja de varios tamaños: en uno obviamente una vaca, en otro algunos productos lácteos y en otro una familia sentada a la mesa comiendo carne (obviamente de res).

Cuando se acercaba una fecha conmemorativa subían las ventas de las estampitas con la imagen del héroe histórico implicado en la festividad, enmarcadas como en un margen color azul y en el reverso con letras chiquititas escuetamente su biografía, la cual copiábamos a mano en hojas de máquina blancas a las que con mucho cuidado les habíamos trazado renglones a lápiz para poder borrarlos, dibujábamos una bandera y calcando el sello de una moneda le hacíamos el escudo y en un cuadrito de colores patrios trazado con nuestros colores marca Blanca Nieves pegábamos la cara del revolucionario o insurgente que nos habían encargado investigar.

Nos sentíamos orgullosos de entregar un trabajo (igualito al del resto de los de la clase pues no había mucha variedad en las papelerías de la ciudad) que en aquél entonces merecía un diez…hoy si un niño llega con eso lo mandan al departamento de psicometría a ver que anda mal.

Me río de todo esto y de que mis nietos, algún día se burlaran del Internet, los celulares y los automóviles que no volaban de sus papás…y el ciclo continuará.